8 ago 2012

Metro Less


Después de pasar tres días en Milán, nos estábamos hartando de la mala – ni tan mala- suerte, tomábamos todo con gracia, pero en el fondo se que si tuviese que pasar por lo mismo en otras vacaciones moriría de un infarto.
Nos recomendaron una zona para comer bueno, bonito y barato. Quedaba a unas doce estaciones de metro de nuestro hostal burdelesco. La tradición italiana es de tomar un “aperitivo” que es una merienda pesada, y en Milán se conseguían muchos sitios donde por 9 euros podías comer todo lo que quisieras + una bebida. Mau nos llevo a uno de latinos, la primera vez nos dieron unos shots de melocello – lo mismo que el limocello pero con melón- lo que nos tentó a regresar una segunda vez.
Llegamos a eso de la 10pm, en el bufet había pastas, ensaladas, papas, pan con nutella, arroz, y pare Ud. De contar. Como bebida tomamos mojitos, pina colada, y sexo en la playa –UPA-. Y por supuesto esperábamos que no regalaran otros tragos gratis.
HOY TENEMOS QUE DIVERTIRNOS! LO MERECEMOS, y bajo esa consigna de olvidar todos los malos ratos nos propusimos  bailar. Cuando se nos cabo el dinero – burda de rápido- nos disponíamos a irnos y tomarnos una botella de vino que habíamos llevado “caleta” pero nuestra energía contagio al dueño del pequeño restaurant/pub que nos regalo una botella de champagne, regresamos a la mesa, y nos tomamos la botella lo más lento posible.
-No es por nada pero a mí me da como pena que nos regalaron estoy hoy y ayer y nosotros no compremos nada.
-De pana marico deberíamos comprar aunque sea unos “shots” de esos de dos euros, no podemos ser tan lambusios.
-Mesonero, traiga una ronda de meloncello, que ya nos vamos.
Tomamos el trago con el mesonero peruano que era súper amable, nos pusimos los abrigos , ahora sí, para regresar al hotel, atraves…
-EPA EPA pa donde van ustedes?
Era el dueño del local.
-No, debemos irnos ya es tarde y bueno tampoco tenemos mucho dinero.
-Pero que es eso? No, no, no… PERUCHO PONMELE OTRA BOTELLA A ESTA GENTE.
-Ayyy papa este bicho como que nos quiere ya tu sabes.- Murmuro Luis Eduardo mientras obviamente nos re-adentrábamos en el restaurante.
-Mira, lo que vamos a hacer es que uno no va a tomar porque estos como que no quieren dar matraca – Dije yo toda nerviosa y extremista, cual hija de mis padres paranoicos.
-TA BIEN que voy a pelar este bonche.- y muertos de la risa y agradecidos por la suerte de la noche nos tomamos la segunda botella mientras bailábamos vallenato…
A eso de las 2am aun conscientes porque realmente no nos llegamos a prender, nos íbamos al hotel ahora sí, sin estar aceptando mas nada porque “por más que sea da pena” decía Milagro.
Huimos rapidito antes de que nos volvieran a brindar algo, estábamos felices al fin una buena jornada en Milán,  salvo que… CHANCHANCHANCHAAAAN. Al llegar a la estación de metro pues, NO HABIA METRO. No había ningún transporte público eran las 2.30am, el tiempo amenazaba con lluvia y el único que hablaba italiano era Maurizio.
 
Aunque eso no significaba que supiera llegar, su nivel de italiano es perfecto pero no vive en Milán, no conoce la vida, las calles los atajos. Mientras esperábamos un supuesto bus que nos adentraría al lugar de nuestra humilde residencia, Mauro hizo uso de sus dotes “amiguisticos” se hizo amigo de un rumano que iba hacia donde nosotros íbamos, y dos horas y media más tardes, a las 5am, llegamos al hotel, luego de una llovizna, un bus, hacer pipi en el medio de la calle y varias ampollas en el pie gracias a los tacones.
Moraleja: NO VAYAN NUNCA A MILAN SIN DINERO PARA UN TAXI.
Moraleja 2: NO VAYAN NUNCA A MILAN!
 
El circulito de abajo es donde estabamos, el de arriba, a donde ibamos… #TuMeDiras
#BuenaLectura

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