asa en las películas, pasa en la vida, pasa en Milán…
Me fui de vacaciones la semana pasada - he allí el por qué de mi ausencia- 5 noches a Milán con unos amigos de Venezuela.
En comparación con Paris, mi residencia actual, Milán es al menos tres veces más económico, pero la ciudad sin embargo no es tan bonita. Para conocerla mejor decidimos alquilar bicicletas. Gracias a Dios Maurizio -un amigo- estaba con nosotros porque yo hablo portugués, francés e inglés, pero mi italiano se limita al inicio de “Venecia” de los Hombres G y al pa-pa-namericano.
Yendo de local en local conseguimos un negocio donde alquilaban bicis a 10 euros el día, había que dejar un documento de identidad y un “deposito” de 50 euros por bici. La señora muy amablemente se ofreció a cobrarnos solo 6 euros porque estaríamos solo media jornada con las bicis, que ganga!.
-Que lechuos, es demasiado barato y la señora es un amor.
-Yo creo que se enamoro… o capaz las bicis son de esas chimbas.
Pues nos equivocábamos, las bicicletas eran hermosas, yo me veía cual película gringa donde la actriz rubia envidiablemente hermosa se pasea por la pradera en una bicicleta con cestita y con flores amarillas adornando el paisaje. Nos montamos en las bicis de ensueño mientras en mi cabeza sonaba “Que bonita es esta vida” justo cuando un carro freno de coñazo porque ni él me había visto ni yo a él… Ahí me di cuenta de que ni yo era gringa, ni catira, ni pelo liso, que no estaba en la pradera y el único amarillo que adornaba el paisaje era el de la pepa’e sol.
Como yo pensé que me veria. |
Como en realidad me veia... |
Rodamos bien las primeras horas, un poco en círculos y medio perdidos en eso de las carreteras de bicicletas que a veces había y a veces no. Manejar bici nunca se olvida, eso es cierto, pero lo que si se olvidan son los reflejos y de eso nos dimos cuenta luego de un rato cuando un bus casi atropella a mi amiga, y ella, para esquivarlo choco contra un Mercedes-Benz del año… gracias a Dios al carro no le paso nada.
-Vamos a descansar un pelo y nos metemos en esta tienda de zapatos que tiene aire.
Fue la idea de uno, nosotros cansado y con pañalitis causada por el asiento de la bici, hicimos caso. Pasamos 40 minutos en una tienda deportiva. Cuando nuestras nalgas estuvieron reposadas decidimos buscar las bicis para entregarlas antes de que se nos pasara el tiempo y adivinen que…
Senale el elemento faltante. |
-MARICO FALTA UNA BICICLETA.
Maurizio se puso de todos los colores al verificar que era la de él, yo soy muy rara, me rio cuando pasa algo triste y lloro cuando estoy contenta, y al ver si cara de angustia no pude aguantar las ganas de reír.
-Marico no puede ser, no puede ser, no se la robaron.
-AH NOOOOO eso fue que se volvió invisible, gallo.
-Susu no seas rata – me reprocho otro aguantando la risa también.
-Epa… MI BOLSA FERRARI.
Esa fue la gota que derramo el vaso, a mi derecha Maurizio llorando la bicicleta con el candado en la mano, y a mi izquierda, Luis corrió como loco devolviéndose a la tienda a buscar la bolsa valorada en 50 euros con un regalo para su papa. Entonces, allí, en el medio de la calle me tire al suelo a orinarme de la risa, no porque sea mala, sino porque es mi reacción natural en situacion de estres.
Y bueno tambien por que soy un poquito rata.
Al recobrar el aliento, y cuando Mau acepto que la bici no era invisible sino que efectivamente lo choripariaron “sin pistola” actuamos como adultos y nos fuimos a la tienda. Ya que falta una bici le tocaría a alguien ir de parrillero, y como yo soy la mas salada me toco a mí, cosa que no me hubiese molestado si la parrilla fuese comoda, pero era metálica y estaba caliente, y me dejo incapacitada varios días para poder sentarme. Nosotros estábamos pelando bo… y de paso nos toco bajarnos de la mula con 100euros por traga moscas para pagar la bici. Adios pasaje a Venecia!
Hoy en dia, Maurizio no lo ha superado, Luis, por suerte recupero su bolsa Ferrari y yo pase tres días echándome cremita Nívea en el trasero. Voilà el recibimiento de Milán, atracados sin pistolas.
Moraleja: en europa SI roban.
#BuenaLectura
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