El Sambil de Valencia abrió sus puertas en 1999, su forma de diamante de béisbol lo hacia innovador, y su ubicación "chic".
Cuando Daniela tenía unos 5 años Carla le prometió que la llevaría a conocerlo. Le pidió permiso a Xula y ella, junto con Daniel (otro primo) asumieron la responsabilidad de llevarse a la pequeña Daniela a la aventura del Sambil. Era una de las primeras veces (sino la primera) que Daniela salía sin su mamá, tías o abuelos. Lo que agregaba un toque de emoción extra. ¡Seguro pensaba que ya era grande!
"Por fin voy a conocer el Sambil, por fin!"
Tengo que hacer un paréntesis antes de continuar porque para ilustrar la historia tienen que conocer una característica de Daniela cuando era pequeña. Cuando se emocionaba mucho hacía unas muecas rarísimas y comenzaba a temblar de la emoción, pero no eran unos temblores delicados, no. Parecía que le daba parkinson con mal de zambito. Brincaba temblaba y se reía y casi siempre un adulto la tomaba por los brazos para que le bajara dos. Siempre nos reímos de eso."¿Te acuerdas cuando te daba la loquera?" Le preguntábamos.
Pues entonces, Carla y Daniel la llevaron al Sambil. Al llegar, la emoción era tal que le dieron sus ataques pero esta vez vinieron en combo: además de ello lloraba y decía "es que no puedo creerlo" y se tiraba al piso. Se calmaba, avanzaban diez metros y volvía de nuevo la maraca ambulante.
"Es que estoy muy emocionada"
La emoción era tal y tan incontrolable que Daniel terminó por cargarla porque sino, no salían de ahí.
¡Ya ven como era de buena que en su primera visita al Sambil hasta pasó coleto!
* Carla es nuestra prima mayor pero no solo eso. También fue nuestra niñera oficial, la payasita de nuestros cumpleaños, nuestra chef de galletas de mantequilla, y la que nos llenaba la piscina para que jugáramos. Demostró ser tan buena prima/tía que la vida le dio a Camila la gorda mas pila y amorosa de nuestra gigante familia.
Cuando Daniela tenía unos 5 años Carla le prometió que la llevaría a conocerlo. Le pidió permiso a Xula y ella, junto con Daniel (otro primo) asumieron la responsabilidad de llevarse a la pequeña Daniela a la aventura del Sambil. Era una de las primeras veces (sino la primera) que Daniela salía sin su mamá, tías o abuelos. Lo que agregaba un toque de emoción extra. ¡Seguro pensaba que ya era grande!
"Por fin voy a conocer el Sambil, por fin!"
Tengo que hacer un paréntesis antes de continuar porque para ilustrar la historia tienen que conocer una característica de Daniela cuando era pequeña. Cuando se emocionaba mucho hacía unas muecas rarísimas y comenzaba a temblar de la emoción, pero no eran unos temblores delicados, no. Parecía que le daba parkinson con mal de zambito. Brincaba temblaba y se reía y casi siempre un adulto la tomaba por los brazos para que le bajara dos. Siempre nos reímos de eso."¿Te acuerdas cuando te daba la loquera?" Le preguntábamos.
Pues entonces, Carla y Daniel la llevaron al Sambil. Al llegar, la emoción era tal que le dieron sus ataques pero esta vez vinieron en combo: además de ello lloraba y decía "es que no puedo creerlo" y se tiraba al piso. Se calmaba, avanzaban diez metros y volvía de nuevo la maraca ambulante.
"Es que estoy muy emocionada"
La emoción era tal y tan incontrolable que Daniel terminó por cargarla porque sino, no salían de ahí.
¡Ya ven como era de buena que en su primera visita al Sambil hasta pasó coleto!
* Carla es nuestra prima mayor pero no solo eso. También fue nuestra niñera oficial, la payasita de nuestros cumpleaños, nuestra chef de galletas de mantequilla, y la que nos llenaba la piscina para que jugáramos. Demostró ser tan buena prima/tía que la vida le dio a Camila la gorda mas pila y amorosa de nuestra gigante familia.
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Por cierto, a pesar de todas las cosas que Carla sabe hacer, se considera mala para la redaccion, por ello me envio una nota de voz con toda la historia para yo redactarla. Si como Carla tienes una historia de Daniela pero no te atreves a escribirla, podemos usar el mismo método!
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